Tras levantarme temprano un sábado por la mañana, aunque es mi día de descanso, el compromiso de amistad aguarda. Tal como acordamos este día acompaño a una de mis mejores amigas a su chequeo ocular.
Vamos a Fudem, una fundación sin fines de lucro que vela por la salud visual de la sociedad salvadoreña. Aunque su cita es a las 9:30 a.m. hemos llegado 20 minutos antes, por eso del papeleo previo a consulta.
Al llegar el escenario es sorprendente, la multitud de pacientes es diversa y de todas las edades. Acá la niñez, adolescencia, adultez y vejez coinciden con un mismo objetivo: conocer su estado de salud visual y recibir el tratamiento oportuno a través de atención de profesionales.
El proceso comienza. Fátima es dirigida a cancelar la consulta en la fila de “pacientes con cita”, esto hará mas rápida la atención, a diferencia si no la tuviera.
El proceso sigue… ya ha cancelado y buscamos dónde sentarnos mientras esperamos le llamen a consulta.
Comienza la tertulia y entre la charla, surgen pensamientos de conciencia referentes al cuido visual. A esto se suman los vídeos educativos de Fudem, cuya exhibición radica en la sala de espera.
La pregunta surge: ¿Cuidas tus ojos? En lo personal aunque sufro 0.50 de astigmatismo y sequedad ocular, la realidad es que he descuidado mucho mis ojos. Un sentimiento de culpa aflora en mi interior.
Y es que las revisiones oftalmológicas periódicas son importantes, para detectar cualquier enfermedad, problema o condición del ojo y su capacidad visual. Sin embargo, pocas personas deciden ir a un chequeo completo, el estigma y miedo a la discriminación predominan en la población.
Aunque los signos y síntomas básicos estén presentes (manchas, vena inflamada, sequedad, irritación, cansancio y dolor), el temor a ser llamados “4 ojos, choco/a” o ser considerado con discapacidad laboral son situaciones reales que impiden las personas acudan por atención oportuna.
Esto no debe ser así, pues, cuidamos los dientes con el dentista, cuando nos duele la espalda u otro órgano vamos al doctor. Pero no, cuando la visión comienza a fallar.
Y esto a causa de los siguientes mitos:
1- Si veo es que no tengo problemas.
2- Si no notas nada raro, no necesitas revisión.
3- Al médico se va a cambiar la graduación.
Una atención oportuna ayuda a detectar degeneraciones musculares;
Tras el diagnostico profesional se puede optar por los lentes fundamentales para trabajar, hacer deporte, viajar y leer.
Y acá la pregunta es ¿Tengo que tener más de un par de lentes? La respuesta es SI.La razón principal es que el ser humano vive a diario en diferentes condiciones, cada una con necesidades visuales específicas.
Tras el diagnostico se podrá elegir el par de lentes que responda a nuestra necesidad visual. NO se debe comprar sin receta médica, pues así como la auto medicación puede provocarnos daños de salud, usar una graduación inapropiada puede empeorar nuestra condición e incluso llegarnos a provocar daños severos que en el caso extremo podría terminar en ceguera.
Fudem es una excelente alternativa para quienes deseen un chequeo visual completo por su accesibilidad económica y por la amplia gama de profesionales al servicio de la sociedad salvadoreña que lo necesita.
Además que el servicio es eficiente, la atención es muy buena. En una hora y media Fátima ha concluido todas las pruebas y ya esta eligiendo sus nuevos lentes.
Sin duda mi problema visual y el contexto vivido hoy me ha hecho hacer la reflexión que en abril es mi turno para el chequeo visual completo. Pues como dice una frase que se visualiza en las instalación de Fudem:
«Los ojos son el espejo de la salud».